Sigo buscando, quimera,
la dulce tierra que anhelo,
una tierra entre iguales,
no de esclavos y de dueños.
Que no hay ley más cobarde,
que la que impone silencio,
esclavo no es quien padece,
si no quien calla por miedo.
Más yo, sin mirar dios o patria,
ambición, religión o gobierno,
clamo igualdad y justicia,
en la quimera que anhelo.
©Dorvas, 2016
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