martes, 15 de marzo de 2016

Veredas del alma





                                                                             











Es la hora de partir,
caminar hacia la nada,
sin volver la vista atrás,
saludando a la mañana.
Y perderse entre las brumas,
por las veredas del alma,
delante solo el horizonte,
detrás tanto, todo, nada.
Solo importa ahora esa luz
que te ha llamado al alba,
seguir avanzando en el día,
seguir poniendo distancia.
Para entre esa vida que espera,
y esa otra ya pasada,
poder perseguir la quimera,
de la felicidad olvidada.

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